Día Mundial de los Docentes

La transformación de la educación comienza con los docentes

Mensaje conjunto del Sr. Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT, la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, la Sra. Catherine Russell, Directora Ejecutiva del UNICEF, y el Sr. David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación,con motivo del Día Mundial de los Docentes

Declaración | 5 de octubre de 2022
“No se puede enseñar hoy de la misma manera que ayerpara preparar a los alumnos para el mañana.”
John Dewey

El mundo se ha comprometido a transformar la educación y a hacer frente a los principales obstáculos que impiden a los docentes liderar esa transformación.

El reciente informe de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación, Reimaginar juntos nuestros futuros, reclama un nuevo contrato social para la educación, en el que los docentes ocupen un lugar central y su profesión sea revalorizada y rei maginada.

La crisis de la COVID-19 puso de manifiesto que los docentes son el motor de nuestros sistemas educativos. Sin su trabajo, resulta imposible ofrecer una educación inclusiva, equitativa y de calidad a cada educando. Los docentes también son esenciales para la recuperación pospandémica y para preparar a los alumnos para el futuro. Sin embargo, a menos que transformemos sus condiciones de trabajo, la promesa de esa educación seguirá estando fuera del alcance de quienes más la necesitan.

Como se reafirmó en la reciente Cumbre sobre la Transformación de la Educación, para ello es necesario contar con el número adecuado de docentes y de personal educativo capacitado, motivado y cualificado en el lugar adecuado y con las competencias adecuadas. Sin embargo, en muchas partes del mundo, las aulas están atestadas y los docentes son demasiado pocos, además de estar sobrecargados de trabajo y desmotivados y de no recibir apoyo. En consecuencia, estamos viendo un número sin precedentes de docentes que abandonan la profesión y un descenso significativo del número de personas que estudian para ser docentes. Si estos problemas no se solucionan, la pérdida de un cuerpo docente profesional podría constituir un revés fatal para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.

Además de la perturbación provocada por la pandemia de COVID-19 en la educación, la pérdida de docentes afecta de forma desproporcionada a los alumnos de zonas remotas o pobres, así como a las mujeres y niñas y a las poblaciones vulnerables y marginadas.

Por lo tanto, llevar a las aulas docentes cualificados, respaldados y motivados –y lograr que se queden– es lo más importante que podemos hacer para mejorar el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes y las comunidades. El valioso trabajo que realizan los docentes también debe ir acompañado de mejores condiciones laborales y salariales.

Según estimaciones recientes, se necesitan 24,4 millones de docentes adicionales en la educación primaria y unos 44,4 millones de docentes en la educación secundaria si queremos hacer realidad la educación básica universal de aquí a 2030. Solo en África Subsahariana y en Asia Meridional se necesitan 24 millones de docentes más, lo que supone aproximadamente la mitad de las necesidades de nuevos docentes en los países en desarrollo.

África Subsahariana, donde se encuentran algunas de las aulas más masificadas del mundo, es también la región en que la carga de trabajo de los docentes es mayor y donde los sistemas educativos tienen menos personal, ya que el 90 % de las escuelas secundarias se enfrentan a una grave escasez de docentes. En el plano mundial, el 81 % de los instructores de enseñanza primaria y el 78 % de los de enseñanza secundaria son docentes capacitados. Sin embargo, en los países de África Subsahariana –salvo escasas excepciones– estas cifras son del 65 % y el 51 %, respectivamente.

Hoy, en el Día Mundial de los Docentes, celebramos la función esencial que desempeñan los docentes en la transformación del potencial de los educandos, garantizando que dispongan de las herramientas que necesitan para ser responsablesde sí mismos, de los demás y del planeta. Exhortamos a los países a que garanticen la confianza en los docentes y a que estos últimos sean reconocidos como productores de conocimientos, profesionales reflexivos y asociados políticos.