Día Internacional de los Trabajadores/as de Hogar

Informalidad deja sin protección a millones de trabajadoras del hogar en América Latina y el Caribe

La región ha avanzado en ofrecer cobertura legal a casi 15 millones de personas que realizan trabajo doméstico y en la ratificación del Convenio 189 de OIT, que cumple 11 años de haber sido adoptado este jueves. Pero 10 millones aún carecen de cobertura efectiva de protección social por falta de aplicación de las leyes y las políticas vigentes.

Noticia | 16 de junio de 2022
Lima - En América Latina y el Caribe se han registrado importantes avances en la cobertura legal de las personas que realizan trabajo doméstico, pero la alta informalidad en este sector laboral y las dificultades para aplicar las leyes dejan a la mayoría sin ningún tipo de protección social, de acuerdo con un informe global difundido este jueves por la OIT.

La cobertura legal por al menos uno de los nueve beneficios de la seguridad social ha llegado a 97 por ciento en la región, muy por encima de la tasa global que ronda 50 por ciento, de acuerdo con el informe “Hacer realidad el derecho a la seguridad social en el trabajo doméstico: Una revisión global de las tendencias políticas, estadísticas y estrategias de extensión”.

El informe advierte que es mucho más baja la cobertura integral de protección social que incluya todos los beneficios, pero nuevamente, la proporción que registra América Latina y el Caribe, de 9,8 por ciento, está por encima del 6 por ciento global, y es la más elevada en el mundo en desarrollo.

Sin embargo, el informe global de la OIT destaca el alto nivel de incumplimiento de las disposiciones legales, que en el caso de esta región deja sin ningún tipo de cobertura de protección social a 64,6 por ciento de todos los trabajadores y trabajadoras domésticas. Esto equivale a 10 millones de los casi 15 millones de personas dedicadas al trabajo en el hogar remunerado.

“La región enfrenta un desafío muy claro, que es el de la aplicación efectiva de las leyes sobre trabajo doméstico, para que los progresos alcanzados durante los últimos años se vean reflejados en la calidad de vida de las personas”, dijo la Directora Regional a.i. de OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, al comentar los resultados del informe.

Coenjaerts alertó que las estrategias para el aumento de la cobertura legal y para la aplicación efectiva de las leyes deben ir en paralelo a la lucha contra la informalidad laboral. “Estamos hablando de una tasa de informalidad de 72 por ciento en el trabajo doméstico, que incluso podría haber subido a niveles que rondan 80 por ciento como consecuencia de la crisis por la pandemia”.

En comparación, la tasa de informalidad de todos los trabajadores ronda 56 por ciento, y para los que tienen un empleo no doméstico es de 35 por ciento.

El informe publicado por OIT fue difundido este 16 de junio cuando se celebra un nuevo aniversario de la aprobación en 2011 del Convenio núm. 189 sobre trabajo doméstico de la OIT.

Al nivel global destaca el liderazgo de América Latina y el Caribe en la ratificación del Convenio. De las 35 ratificaciones nivel mundial al día de hoy, 18 fueron presentadas por países de América Latina y el Caribe.

“Las ratificaciones del Convenio por parte de los países de la región son una muy buena noticia. Pero no podemos olvidar que ocho de cada diez trabajadoras domésticas están en condiciones de informalidad”, dijo Coenjaerts.

Por otra parte, las mejorías en las condiciones de empleo de este sector son consideradas como un componente clave de los esfuerzos por lograr mayor igualdad de género en el trabajo en la región.

Más de 90 por ciento son mujeres, y esto significa que 13.8% de la población económicamente activa de mujeres en la región tiene un empleo en un hogar, de acuerdo con un informe publicado en 2021 por la Oficina Regional de OIT “El trabajo doméstico remunerado en América Latina y el Caribe a diez años del Convenio núm. 189”.

Este informe destacó que frente a la baja tasa de cumplimiento efectivo de las leyes y de cobertura de la protección social en la región es necesario ampliar el ámbito de aplicación de las leyes de seguridad social para incluir a las trabajadoras domésticas.

“Sus derechos deben ser como mínimo iguales a los que disfrutan los trabajadores en general”, explicó Coenjaerts. Los gobiernos deben eliminar las barreras administrativas, facilitar el registro con múltiples empleadores, agilizar los procedimientos de registro y contribución (inclusive a través de la tecnología digital) y facilitar el acceso a las prestaciones, entre otras medidas recomendadas por OIT

Limpiar, cocinar, cuidar a los niños y a los parientes mayores, trabajar en el jardín... Todos los días, los hogares recurren a la ayuda de trabajadoras y trabajadores domésticos remunerados para satisfacer las necesidades esenciales de cuidado del hogar.

El aumento de la demanda de trabajo doméstico en la actualidad es el resultado entre otros, de la mayor participación de las mujeres en la población activa; las deficiencias en los servicios de cuidados prestados por el Estado; la mayor feminización de la migración internacional; los cambios demográficos; y las crecientes necesidades de cuidados a largo plazo.

El informe de OIT destaca que la pandemia de COVID-19 no sólo ha arrojado luz sobre las vulnerabilidades experimentadas en el trabajo doméstico y las lagunas en la cobertura de la protección social, así como las consecuencias críticas de estas vulnerabilidades, sino que también ha hecho más visibles la necesidad y la demanda de empleo en este rubro.

Debido a su papel en la satisfacción de las necesidades esenciales y crecientes de los hogares, el trabajo doméstico puede convertirse en una fuente de empleo decente en la recuperación económica posterior a COVID-19.

De hecho, se prevé que este sector crezca a la luz de la mayor participación en la fuerza de trabajo de los trabajadores con responsabilidades de cuidado, especialmente las mujeres; las nuevas políticas y los cambios sociales relativos al reparto del trabajo de cuidado no remunerado; y el envejecimiento de la población y su creciente necesidad de cuidados de larga duración.

La OIT trabaja en colaboración con los sindicatos de la Región y en estrecha colaboración con la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar (FITH) para difundir mensajes sobre Seguridad y salud en el trabajo frente a la COVID-19 para la personas empleadoras y trabajadoras del hogar.

La estrategia incluye una campaña en redes sociales de América Latina denominada Tu hogar es mi lugar de trabajo: salud y seguridad para el trabajo decente y una Guía específica para concienciar sobre las condiciones de SST a los hogares u otros empleadores y señalar los riesgos específicos en la materia para las personas trabajadoras domésticas.